lunes, 26 de mayo de 2008

La imprenta moderna (Gutemberg)


Hasta 1449 y aun en años posteriores, los libros se difundían en copias manuscritas por copistas, muchos de los cuales eran monjes y frailes dedicados exclusivamente al rezo y a la réplica de ejemplares por encargo del propio clero o de reyes y nobles. A pesar de lo que se cree, no todos los monjes copistas sabían leer y escribir. Realizaban la función de copistas, imitadores de signos que en muchas ocasiones no entendían, lo cual era fundamental para copiar libros prohibidos que hablasen de medicina interna o de sexo. Las ilustraciones y las letras capitales eran producto decorativo y artístico del propio copista, que decoraba cada ejemplar que realizaba según su gusto o visión. Cada uno de sus trabajos, podía durar hasta diez años.

La imprenta había sido inventada por los chinos siglos antes, pero en la alta Edad Media se utilizaba en Europa para publicar panfletos publicitarios o políticos, etiquetas, y trabajos de pocas hojas; para ello se trabajaba el texto en hueco sobre una tablilla de madera, incluyendo los dibujos -un duro trabajo de artesanía-. Una vez confecionada, se acoplaba a una mesa de trabajo, también de madera, y se impregnaban de tinta negra, roja, o azul (sólo existían esos colores). Después se aplicaba el papel y con rodillo se fijaba la tinta. El desgaste de la madera era considerable por lo que no se podían hacer muchas copias con el mismo molde. Este tipo de impresión recibe el nombre de xilografía.

Cada impresor fabricaba su propio papel, estampando una marca de agua a modo de firma de impresor. Por estas marcas de agua es por lo que se conocen sus trabajos.

En este entorno, Gutemberg apostó a que era capaz de hacer a la vez varias copias de la Biblia en menos de la mitad del tiempo de lo que tardaba en copiar una el más rápido de todos los monjes copistas del mundo cristiano y que éstas no se diferenciarían en absoluto de las manuscritas por ellos.

Pidió dinero a un prestamista judío, Juan Fust, y comenzó su reto sin ser consciente de lo que su invento iba a representar para el futuro de toda la Humanidad.

En vez de usar las habituales tablillas de madera, que se desgastaban con el uso, confeccionó moldes en madera de cada una de las letras del alfabeto y posteriormente rellenó los moldes con hierro, creando los primeros "tipos móviles". Tuvo que hacer varios modelos de las mismas letras para que coincidiesen todas entre sí: en total, más de 150 "tipos", que imitaban la escritura de un manuscrito. Había que unir una a una las letras que se sujetaba en un ingenioso soporte, mucho más rápido que el grabado en madera y considerablemente más resistente al uso.

Como plancha de impresión, amoldó una vieja prensa de vino a la que sujetó el soporte con los "tipos móviles" con un hueco para las letras capitales y los dibujos. Estos, posteriormente, serían añadidos mediante el viejo sistema xilográfico y terminados de decorar de forma manual.

Lo que Gutemberg no calculó bien fue el tiempo que le llevaría poner en marcha su nuevo invento, por lo que antes de finalizar el trabajo se quedó sin dinero. Volvió a solicitar un nuevo crédito a Juan Fust y, ante las desconfianzas del prestamista, le ofreció formar una sociedad. Juan Fust aceptó la propuesta y delegó la vigilancia de los trabajos de Gutemberg a su sobrino, Peter Schöffer, quien se puso a trabajar codo a codo con él al tiempo que vigilaba la inversión de su tío.

Tras dos años de trabajo, Gutemberg volvió a quedarse sin dinero. Estaba cerca de acabar las 150 Biblias que se había propuesto, pero Juan Fust no quiso ampliarle el crédito y dio por vencidos los anteriores, quedándose con el negocio y poniendo al frente a su sobrino, ducho ya en las artes de la nueva impresión como socio-aprendiz de Gutemberg.

Gutemberg salió de su imprenta arruinado y se cuenta que fue acogido por el obispo de la ciudad, el único que reconoció su trabajo hasta su muerte pocos años después.

Peter Schöffer terminó el cometido que inició su maestro y las Biblias fueron vendidas rápidamente a altos cargos del clero, incluido el Vaticano, a muy buen precio. Pronto empezaron a llover encargos de nuevos trabajos. La rapidez de la ejecución fue sin duda el detonante de su expansión, puesto que antes la entrega de un solo libro podía posponerse durante años.

Actualmente, se conservan muy pocas "Biblias de Gutemberg" -o de 42 líneas- y, menos aún, completas. En España se conserva sólo una completa.

La Biblia de Gutemberg no fue simplemente el primer libro impreso, sino que, además, fue el más perfecto. Su imagen no difiere en absoluto de un manuscrito. El mimo, el detalle y el cuidado con que fue hecho, sólo su inventor pudo habérselo otorgado.



Primeros impresos

Gutenberg, en su labor de impresor, creó su famoso incunable Catholicon, de Juan Balbu de Janna. Pocos años después, imprimió hojas por ambas caras y calendarios para el año 1448. Además, junto a su amigo Fust editaron algunos libritos y bulas de indulgencia y en particular, aquel monumento de la imprenta primitiva, la Biblia de las 42 líneas, en dos tomos de doble folio, de 324 y 319 páginas respectivamente, con espacios en blanco para después pintar a mano las letras capitulares, las alegorías y viñetas que ilustrarían coloridamente cada una de las páginas de la Biblia.

Según las declaraciones de diversos testigos de la resulta que, mientras en apariencia fabricaba espejos, Gutenberg se servía de todos los instrumentos, materiales y herramientas necesarios para la secreta imprenta: plomo, prensas, crisoles, etc., con el supuesto pretexto de fabricar con planchas xilográficas de madera unos pequeños devocionarios latinos de título Speculum que eran fabricados en Holanda y Alemania con los títulos de Speculum, Speculum humanae salvationis, Speculum vitae humanae, Speculum salutis, etc. Pero algunos declararon que con el pretexto de imprimir espejos, "Gutenberg, durante cerca de tres años, había ganado unos 100 florines en las cosas de la imprenta."

Años más tarde y hacia 1600 la situación social cambiaba en Alemania y una guerra civil hizo que en Maguncia los impresores huyeran para evitar caer dentro de la guerra. A los impresores les costó mucho guardar el secreto y los talleres de imprentas se esparcieron por toda Europa.

La imprenta se conoce en América una vez concluida la conquista española. La primera obra impresa en la Nueva España es Escala espiritual para subir al Cielo de San Juan Clímaco en 1532.

Así inició la más grande repercusión de la imprenta en la cultura de la humanidad. La palabra escrita ahora podía llegar a cualquier rincón, la gente podía tener acceso a más libros y comenzar a preocuparse por enseñar a leer a sus hijos. Las ideas cruzaban las fronteras y el arte de la tipografía fue el medio de difundirlas.

A finales del siglo XIX, se perfeccionó el proceso, gracias a la invención en 1885 de la linotipia, por Ottmar Mergenthaler.

Libros, incunables, ediciones ilustradas con grabados de madera: la mejora de las técnicas y materiales de imprenta llevaron durante cuatro siglos las palabras por todo el mundo. El arte tipográfico evolucionó y llego a crear obras maestras en la formación y estructuras de libros y ediciones especiales impresas. Actualmente las técnicas de impresión en calidad y volumen han mejorado de forma impresionante, algunas por medio de computadora olvidándose del arte tipográfico que muchos tipógrafos del mundo se resisten a cambiar.

Pocos inventos han tenido la influencia en el ser humano como la creación de la imprenta, ese antiguo arte que, si va unido a una obra en labor del tipógrafo y a la obra escrita de un buen autor, proporciona una obra de arte completa, lista para conmover en belleza literaria y estética tipográfica al lector, el fin primero y último de la imprenta.



Con relación a este tema, he encontrado algunos vídeos que me han parecido interesantes (pinchar sobre el enlace):
Visita a una réplica de la imprenta de Gutemberg
Del manuscrito a la imprenta
Historia de la imprenta


Fuentes: Wikipedia y Youtube

Paula Quitián Hernández



domingo, 25 de mayo de 2008

La escritura alfabética

Significó una simplificación notable de la cantidad de signos del habla y permitió tener un instrumento eficaz. Entre griegos y romanos fue común la idea de que fueron los fenicios quienes inventaron el alfabeto.

Constaba de 22 signos consonánticos y carecía de vocales. Posteriormente, los griegos lo modificaron y surgió el alfabeto griego, que costaba de 16 letras con diversas variantes. En el siglo IV a.C., las variantes se unificaron para constituir un alfabeto de 24 letras, de las cuales 7 eran vocales y 17 consonantes.

Del griego nacieron varios alfabetos, de los cuales el más importante fue el latino o romano. Al principio constaba de 22 letras, y desde finales del siglo I d.D, de los 23 signos actuales. La escritura latina fue evolucionando hasta alcanzar en la época Imperial una gran perfección.

A partir de este momento, tanto la escritura utilizada en los códices y libros como en las inscripciones de los monumentos, experimenta un amplio desarrollo que podemos sintetizar en varios períodos:



Siglos I a.C. - III d.C.:

Letra capital (cuadrada y rústica). Totalmente en mayúscula, se utilizaba en inscripciones y monumentos y para la redacción de códices y documentos. Algunas de las inscripciones antiguas sirvieron de inspiración para la creación de los caracteres de imprenta modernos.

Minúscula (sentada y cursiva). Se empleaba para trabajos más comunes. Presentaba dos variantes:

a) La sentada o vertical: con las letras separadas.

b)La cursiva: inclinada a la derecha, con predominio de curvas y con empleo de ligaduras entre las letras.



Siglos III-VIII:

Aparecieron la escritua Uncial y Semiuncial. Surgen de la modificación de la letra capital. La Uncial era mayúscula y redondeada; la Semiuncial derivó de la cursiva romana.

La letra Uncial fue muy utilizada durante los siglos V y VI en los textos sagrados cristianos, y la Semiuncial se desarrolló entre los siglos VI y VII en los escritorios de los monasterios.



Siglos VIII-XII:

Aparecieron las escrituras nacionales como consecuencia del desarrollo de las lenguas vernáclas. El contacto de estas lenguas con la escritura cursiva dio lugar a diversas escrituras: Longobarga en Italia; Visigótica en España; Merovingia en Francia; Insular en Irlanda y Gran Bretaña.

Coincidiendo con la difusión del románico en la arquitecturay el impulso que el rey Carlomagno dio a la cultura, en el siglo VIII se desarrolló la escritura carolingia, basada en la antigua cursiva romana y en la semiuncial. Para los títulos se enmpleaba la romana capital, cuadrada y rústica, y la unicial y la semiuncial para los subtítulos. De este modo, se mezclaba varios estilos en una página.

La minúscula carolingia fue la primera escritura en la que se separaron las palabras. El orden, la sencillez y la claridad de las formas de la letra aseguraron su difusión.



Siglos XII-XV:

Surgen la escritura gótica (textus, cursiva, redonda y bastarda) y la escritura humanística. La escritura gótica también recibió la denominación de escolástica o monacal alemana. Apareció a finales del siglo XII y es una tranformación de la escritura carolingia.

En sus formas hay elementos rectilíneos, inspirados en el estilo de la arquitectura gótica. Existió hasta el siglo XVI y sirvió de puente entre la labor de los amanuenses y de la imprenta. Presentó varias formas: textualis (caligráfica y de factura cuidada), cursiva, redonda y bastarda (textualis más cursiva). Desde el siglo XV, la escritura gótica coexistió con la humanística, en la que se funden la letra romana capital, la carolingia y la gótica.

La escritura humanística nació a comienzos del siglo XV en Florencia como reacción a la escritura gótica. La influencia del mundo clásico hizo que se estudiaran las escrituras romanas primitivas y se crearan nuevos tipos de letra. A partir del siglo XV, la historia de la escritura se confunde con la de la imprenta.


Paula Quitián Hernández
Fuente: Tecnología de la Información Escrita

Orígenes de la escritura consonántica y la escritura china.

Los orígenes de la escritura consonántica no están del todo claros. Ya desde antiguo se vienen señalando varios inventores: fenicios, egipcios, figuras míticas como, por ejemplo, Orfeo, etc.

Se ha barajado la hipótesis de que la escritura fenicia tuviera un origen egipcio por la semejanza que presentaban algunos elementos.

Para algunos investigadores como A.I. Evans (descubridor del Cnosos) el origen de la escritura era cretense. Se gún Gardiner, Sethe y Van Branden, el origen prodría ser "protosinaítico". En opinión de M.Dunand, las primeras manifestaciones serían las inscripciones seudojeroglíficas halladas en Biblos.

Estas hipótesis son insatisfactorias, y las más recientes hablan de una cadena de sistemas egipcio-protosinaítico-protocananeo y fenicio. El descubimiento de ostracón de "Izbet Sartah" muestra que la escritura protocananea se utilizaba todavía en los siglos XII-XI a.C. junto a la escritura fenicia y que, por tanto, no es una fase anterior a ésta. La cuestión no se ha resuelto hasta el momento y todas las hipótesis son válidas.

En el II milenio a.C., se usaban en Canaán, junto con la escritura cuneiforme babilónica, otras dos variedades posiblemente influídas por el sistema egipcio:

1) La escritura seudojeroglífica de 114 elementos, nacida en Biblos.
2) La protosinaítica, que constaba de unos 35 elementos, nacida en Palestina. Desde sus comienzos se interpretó como una escritura consonántica.

La difusión de las escrituras griega y aramea fue muy amplia. A partir de esta última se desarrollaron hacia el siglo III a.C., la escritura judaica o hebrea cuadrada, la siríaca septentrional, la nabatea (siglo II a.C.), la mesopotámica septentrional, la mesopotámica meridional y las iranias medias. La escritura aramea llegó hasta la India y Asia Central.



La escritura china

Las primeras pruebas de la existencia de la escritura china data del año 1400 a.C., pero su origen se remonta a unos siglos antes, tal y como se manifiesta en los textos encontrados. Estos textos son complejos y están constituidos por una serie de signos que son el resultado avanzado de un proceso de abstracción.

Paula Quitián Hernández.
Fuente: Tecnología de la Información escrita

martes, 6 de mayo de 2008

Egipcio y los jeroglíficos

Ademas de la escritura cuneiforme, los egipcios también aportaron su granito de arena al mundo de la escritura a través de los jeroglíficos.


Los jeroglíficos fueron un sistema de escritura inventado y utilizado por los antiguos egipcios para comunicarse desde la época predinástica hasta el siglo IV. El sistema de escritura egipcio comprende tres tipos básicos: jeroglífica, hierática y demótica, esta última corresponde al periodo tardío de Egipto.


Se caracteriza por el uso de signos, cuyo significado se conoce gracias al descifrado de los textos contenidos en la Piedra de Rosetta, que fue encontrada en el siglo XIX, en la que está grabado un decreto en tres tipos de escritura: jeroglífica, demótica y griega uncial. Conseguir descifrar este documento se lo debemos a los estudios realizados por Thomas Young y, fundamentalmente, a Jean-François Champollion.


Etimología:
La palabra jeroglífico proviene de las raíces griegas ιερος (sagrado) y γλυφειν (grabar).

La frase egipcia para jeroglífico se translitera mdu nṯr, transcrita como medu necher, significa 'palabras divinas'.


Historia:
Se estima que la escritura jeroglífica se comenzó a utilizar hacia 3300 adC, aproximadamente en la misma época en la que surgió la escritura cuneiforme en Mesopotamia. Fue empleada durante más de 3600 años, pues la última inscripción conocida se graba el día 24 de agosto de 394 y se encuentra en el templo de File.

Desde la época del Imperio Antiguo los jeroglíficos egipcios fueron un sistema de escritura en el que se mezclaban ideogramas, signos consonánticos (simples, dobles, triples e incluso de cuatro o más consonantes) y determinantes (signos mudos que indicaban a qué familia conceptual pertenece una palabra). A partir de la dinastía XVIII, los escribas comenzaron a utilizar cierto número de signos consonánticos dobles silábicos (sȝ, bȝ, kȝ etc.) para transcribir los nombres semíticos o de dicho origen.

Los símbolos eran también figurativos: representaban algo tangible, a menudo fácil de reconocer, incluso para alguien que no conociese el significado del mismo. Y es que, para diseñar la escritura jeroglífica los egipcios se inspiraron en su entorno: objetos de la vida cotidiana, animales, plantas, partes del cuerpo, etc. Durante el Antiguo, Medio y Nuevo Imperio se calcula que existían alrededor de 700 símbolos jeroglíficos, mientras que en la época greco-latina, su número aumentó a más de 6.000.

Los jeroglíficos se grababan en piedra y madera. El uso de los jeroglíficos grabados se limitaba a los dominios en los que la estética o el valor mágico de las palabras adquirían relevancia: fórmulas de ofrendas, frescos funerarios, textos religiosos, inscripciones oficiales, etc.

Había dos tipos de escritura egipcia: la hierática y la demótica.

La escritura hierática era de grafía más sencilla, reservada a documentos administrativos o privados y generalmente utilizada sobre papiro, ostracon (fragmentos cerámicos), e incluso tablillas de madera. Los egiptólogos las distinguen de los llamados jeroglíficos lineales, que se pintaban sobre los sarcófagos de madera y en los textos del "Libro de los Muertos".

A partir de la época saíta (dinastía XXVI), la escritura hierática fue parcialmente suplantada por una nueva escritura básica: la demótica. Se trataba de una simplificación extrema de la hierática reservada a las actas administrativas y a los documentos de la vida cotidiana, de ahí su nombre de escritura "popular". A partir de entonces, la escritura hierática será utilizada preferentemente para transcribir textos religiosos o sacerdotales, conjuntamente con la escritura jeroglífica, de ahí su nombre de escritura "sacerdotal". En la época ptolemaica, el griego se irá imponiendo progresivamente como lengua administrativa.

Por otra parte, es preciso señalar que, según ciertos investigadores, la escritura jeroglífica sería, junto con la influencia del proto-sinaítico, el origen del alfabeto fenicio, el cual a su vez derivaría en el alfabeto hebreo, arameo y griego, de los cuales provienen los alfabetos latino y cirílico.


Causas del desarrollo del sistema de escritura
Los jeroglíficos reflejaban el lenguaje habitual, aunque con el tiempo fue utilizado preferentemente en las simbólicas representaciones de los templos, desestimándose su uso, por su clara falta de idoneidad en la escritura de uso diario; hay que tener en cuenta que las necesidades de escritura, ya en el Imperio Antiguo, como eran la contabilidad de insumos, alimentos demandaba multitud de escribas que anotaran cantidades, clasificaciones, etc., y en este proceso de reproducción la escritura jeroglífica resultaba poco práctica. Por esta necesidad, los signos jeroglíficos van derivando en otras grafías, más fácilmente reproducibles con cálamos de los escribas, (este era el instrumento de escritura por excelencia), dando origen a la escritura hierática.

Para la escritura cotidiana se utilizaba el hierático, y así lo evidencia el papiro Rhind, donde consta una muestra del conocimiento matemático de los antiguos egipcios. Los ejemplares que se poseen en la actualidad del incorrectamente denominado "Libro de los Muertos" emplean esta forma de escritura.

La escritura jeroglífica quedó reservada para los monumentos reales, templos, palacios, tumbas, joyas, muebles de la corte, amuletos, etc., por cuestiones no solo estéticas sino también por su carácter simbólico y mágico, pues grabar el nombre de una persona en jeroglífico implicaba que cometer un error al escribirlo o el hecho de dañarlo podría influir en la persona a quien hacia referencia dicho jeroglífico.


Egipto como cuna de la escritura
Los más antiguos documentos de escritura conocidos los descubrió el equipo del Instituto de Arqueología Alemán, dirigido por Günther Dreyer.
Son un conjunto de 300 vasijas y tablillas de arcilla, encontradas en el enterramiento del soberano predinástico Escorpión I, hallado el año 1997, en
Umm el-Qaab, Abidos, datadas mediante carbono-14 de 3300 a 3200 adC.

Están inscritas con caracteres jeroglíficos, incisos o dibujados con tinta, desvelando una verdadera escritura compuesta de signos fonéticos, que informan de los impuestos pagados en especie al rey.

Último vesitigos de la escritura jeroglífica
La última inscripción jeroglífica de la se tiene evidencias fue grabada en los muros de la puerta erigida en la época del emperador Adriano, situada en el recinto del templo del Isis, en File; se grabó el día 24 de agosto de 394; era una invocación al dios kushita Mandulis.


La información ha sido extraída de:
http://es.wikipedia.org/wiki/Jerogl%C3%ADfico

Tatiana Martínez Lizama